Fue un lanzamiento cadencioso y mal intencionado. Una curva con bastante joroba que quiso caer abruptamente sobre el plato para engañar al bateador. Sin embargo, la pelota pareció detenerse en el aire lo suficiente para que la vista entrenada de Jeter siguiera su trayectoria hacia home. El veterano shortstop de los Yankees se vio obligado a inclinar ligeramente su cuerpo hacia adelante y estirar sus brazos hacia abajo para batear esa curva a punto de rozar el suelo. El batazo fue seco y nítido -sonó a madera. El swing de Jeter terminó inusualmente arriba, con el bat apuntando a las gradas de atrás en ángulo de 45 grados. Jonrón por el jardín izquierdo. Sorpresivo hit número tres mil en la carrera del beisbolista más querido desde que Mickey Mantle colgó por última vez el uniforme.
Derek Jeter siempre tuvo estrella para el juego de pelota, incluso antes de que apareciera en las Mayores. Los directivos no le hubiesen asignado el número 2 del uniforme de los Yankees si aquel joven de 21 años no hubiese mostrado cualidades suficientes para ello. La misma brillantez lo acompañó el día de sus tres mil, pues bateó de 5-5, incluyendo -además del jonrón- un doble y tres sencillos, dos carreras producidas y una anotada para impulsar a su equipo a la victoria contra los Rays de Tampa Bay, 5 carreras contra 4. Hay días así de perfectos, pero lo notable es que justo el día 9 de julio de 2011, cuando se convertiría en el único pelotero activo de las Grandes Ligas con más de 3 mil hits de por vida, Jeter dio una exhibición, una muestra lúcida, de lo que ha sido su carrera que cubre ya 16 temporadas.
El cinco veces campeón mundial es, desde luego, el preferido de la afición yankee. Nadie como él para jugar, con inteligencia y elegancia a la vez, en las paradas cortas y corriendo las bases; quedará grabada para el recuerdo aquella electrizante jugada de Jeter a la defensiva contra los Atléticos de Oakland en que atravesó corriendo el cuadro -desde las paradas cortas hasta la línea de la primera base- para "corregir" exitosamente la dirección desviada del tiro a home que había hecho el jardinero derecho y "pasarle" la pelota al cátcher Jorge Posada para poner así out al corredor rival, justo antes de anotar. Propios y extraños se quitaron entonces el sombrero ante semejante demostración de lo que significa estar en el juego todo el tiempo, lanzamiento tras lanzamiento, out tras out y entrada por entrada...
Su complexión delgada, rapidez y efectividad en la caja de bateo (con un promedio de .312 de por vida) han hecho que, durante años, el Capitán sea el primero en el orden al bat. Porque Jeter es ante todo un "chocador" de pelota, un bateador que, con un abanico de opciones cuya medida son los 90 grados del diamante, puede dirigir la esférica prácticamente hacia cualquier rumbo. Un chocador sacrifica su poder de bateo a cambio de mayor número de hits sencillos, porque su función principal es abrir el juego embasándose. Ty Cobb, Maury Wills, Pete Rose y Ricky Henderson fueron claros ejemplos de hitters que antecedieron con su técnica al actual primer bat de los "Bombarderos del Bronx".
Ahora, es el primer jugador en la historia de los Yankees de Nueva York que alcanza los tres mil hits vistiendo la misma franela. Las cifras se dicen rápidamente, pero habría que estar ahí, en los entrenamientos matutinos, los agotadores viajes, participando en los 160 juegos casi diarios por temporada, encarando las inevitables lesiones, la incesante presión del público y la prensa, para aquilatar esa cantidad de imparables.
Derek Jeter, el histórico. Junto a Babe Ruth, Lou Gehrig, Joe DiMaggio y Mickey Mantle, estará, tras su retiro, en la primera fila del longevo estadio que todos tenemos en la memoria.
Guadalajara, Jal, julio de 2011.
Excelente Alejandro, permíteme compartir esa debilidad por el significado de ese deporte. Por lo pronto, recuerdo perfectamente los inicios de Jeter, sus 5 campeonatos con los Yankees y sus numeritos que hacen que muchos lo pongan desde ya, no solamente en el salón de la fama, sino su placa y # 2 en el mismo Monument Park del Yankee Stadium junto a Ruth, Gehrig, Mantle, DiMaggio, etc. Todos ellos, tipos que parecen de otra galaxia, ¿no? El mérito debe ser mayor por haber compartido terreno con los reyes de los esteroides y no haber salido manchado. Creo que ese detalle es para resaltar. Felicidades por tu blog. Oscar Eduardo.
ResponderEliminarDe otra galaxia, precisamente Oscar Eduardo. A veces pienso que ser contemporáneo de Jeter es todo un honor. Gracias por compartir esta debilidad por el béisbol. Alejandro
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