jueves, 17 de septiembre de 2009

La mujer más hermosa jamás filmada (a propósito de "La marca de la pantera")


Alejandro Rozado

Brevísima revisión, en plan retro, de un filme que tuvo todos los ingredientes para convertirse en una “obra de culto”, pero que aún no le llega su momento.


- La marca de la pantera (Cat people), de Paul Schrader (1982), con Natassja Kinsky y Malcolm MacDowell.

A más de veinticinco años de distancia, este filme deja ver las características de su época: limpieza fotográfica -pulcritud casi ideal, casi falsa, de la luz en exteriores-, interpretaciones poco exigentes y una musicalización apoyada en teclados sintéticos que suena avejentada. Sin embargo, la historia y el guión honran al cine de horror, y el concepto visual del director sostiene su unidad alrededor de la figura embrujante de Natassja Kinsky. Su cuerpo desnudo paseando por la ribera del pantanoso río Mississipi, bajo la luz casi roja de la luna, y sometido a un trance incógnito y poderosamente bestial, detenido verticalmente, asomando relieves de luz y sombra sobre su espalda perfecta, constituye el centro radiante de la obra. Con semejante tono, la historia se ilumina hacia atrás y hacia adelante. Difícil olvidar una secuencia así; sin ella, la película de Schrader no sería una película de Schrader. Y la Kinsky -me atrevo a afirmar- tampoco sería lo que representa para la memoria cinematográfica: la mujer más hermosa jamás filmada.

A diferencia de un horror digamos "multitudinario" de invasores y muertos vivientes o animales desatados por las fuerzas del mal, el de Cat People -remake de la versión de Jacques Tourneur de 1942- es un horror solitario y nostálgico de ancestrales tradiciones mágicas, de seres extraordinarios, casi dioses de antaño, que ahora tienen como destino la jaula de un zoológico o la muerte en un callejón. Vértigo espantoso y vértigo sexual; los ojos de fuego de la pantera y los ojos nocturnales de Natassja; el amor incondicional a un hombre y el apego a un instinto voraz de sangre y plenitud: dilemas de un género cinematográfico por excelencia, rubricado por la composición-tema de la película del sin igual David Bowie.

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